martes, 26 de agosto de 2008

Edad Contemporánea

Edad contemporánea, periodo histórico que sucede a la denominada edad moderna y cuya proximidad y prolongación hasta el presente le confieren unas connotaciones muy particulares por su cercanía en el tiempo. Benedetto Croce, filósofo italiano de la primera mitad del siglo XX, afirmaba que la “historia es siempre contemporánea” y si ciertamente la historia tiene como centro al hombre, no menos cierto es que ésta tiene como centro al hombre actual. En consecuencia, si la visión del pasado remoto está condicionada por las circunstancias y la mentalidad del hombre actual, también lo estará, y en mayor medida, el pasado reciente tan cercano a su experiencia vital.



Campo de trigo y cipreses

Uno de los símbolos más difundidos del arte contemporáneo es la obra del pintor holandés Vincent van Gogh, uno de cuyos paisajes se reproduce aquí: Campo de trigo y cipreses (1889). Inscrito al movimiento postimpresionista, representó el mundo visible según el ideal impresionista aunque con una caligrafía muy personal en la que los trazos ondulantes imprimen un especial dinamismo a las formas. El estilo pictórico de Van Gogh sirvió más tarde de inspiración al fauvismo y al expresionismo.

El término, acuñado desde la historiografía occidental y plenamente asumido como referencia cronológica, se aplica a un objeto histórico con entidad en sí mismo y, por tanto, no se le considera como un último tramo de la historia moderna. No obstante, la determinación de sus límites y su evolución siguen siendo objeto de controversia entre las distintas historiografías nacionales, en virtud de la diferente concepción en torno al significado de la contemporaneidad, o la posmodernidad, como la han denominado algunos especialistas. Desde la historiografía francesa, el concepto de contemporaneidad y de historia contemporánea se introdujo en la reforma de la enseñanza secundaria de Victor Duruy en 1867, estableciendo sus orígenes desde 1789. En la historiografía anglosajona, donde la concepción de la modernidad es más elástica, la contemporaneidad resulta más dinámica en la medida en que une al presente un pasado muy próximo. De cualquier modo, en toda la historiografía occidental persiste la controversia en torno a la naturaleza y el contenido semántico de lo contemporáneo. Un concepto que, asimismo, ha sido afrontado desde diferentes actitudes intelectuales a lo largo del tiempo, como puede apreciarse en el rechazo de la historia positivista de conferir la dignidad de la historia a la actualidad o el creciente interés desde la década de 1960 por abarcar el pasado más inmediato desde la historia, en diálogo permanente con las demás ciencias sociales. Desde esta perspectiva han ido aflorando, especialmente desde la década de 1980, los estudios sobre la historia del tiempo presente, u otras denominaciones como historia reciente o historia del mundo actual, para referirse a un periodo cronológico en que desarrollan su existencia los propios actores e historiadores.

LA ESPECIFICIDAD Y LOS LIMITES DEL MUNDO CONTEMPORANEO

En sus orígenes, la controversia sobre la especificidad y los límites del mundo contemporáneo se desarrolló dentro de un marco esencialmente occidental y eurocentrista, pero la compleja y heterogénea naturaleza de éste y los cambios sobrevenidos en Occidente han influido en la revisión de estos postulados hacia horizontes más amplios, acordes a la globalidad del mismo.

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